25 años de compromiso en la construcción de un sueño

Jorge H. Villarroel Merino

 

Mediante Decreto de Emergencia No. 33, publicado en el Registro Oficial No. 220 de 31 de julio de 1962, se separan los fondos que la Policía Civil Nacional mantenía en la Caja Militar de las Fuerzas Armadas, los cuales pasaron a ser administrados por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social –IESS-. Posteriormente, el 1 de junio de 1995, se publicó en el R. O. No. 707 la Ley de Seguridad Social de la Policía Nacional en el cual se crea el Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional -ISSPOL, como un organismo autónomo con finalidad social y sin ánimo de lucro, con personería jurídica y patrimonio propio.

Desde entonces, el ISSPOL inició la senda del progreso, logró consolidar una infraestructura adecuada a sus funciones y responsabilidades, con recursos humanos profesionales comprometidos y conscientes de que la seguridad social es un derecho humano. Esta larga espera institucional con razón fue muy celebrada y nos llenó de esperanzas ante olvido de los gobiernos de turno. Es momento también para reconocer y rendir homenaje a quienes, con iniciativa, esfuerzo, visión y gran espíritu profesional, fraguaron y construyeron esta ilusión y este derecho constitucional. Bien se dice que un aniversario es un momento para celebrar las alegrías, las memorias del ayer y la esperanza del mañana.

Todos tenemos la obligación de proteger y fortalecer a la seguridad social del servidor y servidora policial que cumple una noble y sacrificada misión constitucional, y a quienes ya la cumplieron, entregando casi toda su vida al servicio de la Patria. Este esfuerzo lo estamos realizando directivos, funcionarios y empleados, conscientes de que vale la pena hacerlo en beneficio del bienestar policial, sin esperar reconocimiento alguno, sino la satisfacción propia del deber cumplido, pese a la maledicencia y cobardía oculta.

La seguridad social de la Policía Nacional cubre necesidades básicas de sus asegurados, proporciona a sus miembros protección social mediante una serie de prestaciones, entre las que se destaca la salud, actualmente tan venida a menos. Hay la necesidad de corregir con urgencia todo lo que la afecta y pudiera afectarle en el futuro, o que ponga en peligro la capacidad del Instituto para planificar libremente su desarrollo con las opciones y seguridad que merecen sus afiliados y derechohabientes.

La pandemia que vivimos nos ha permitido reflexionar sobre un gran pensamiento: “Los derechos humanos son importantes con respecto a la salud porque introducen una dimensión moral en nuestras discusiones sobre el sufrimiento de los demás y porque nos imponen deberes a cada uno de nosotros”. Richard Horton